Como la sensibilidad de un hongo fitopatógeno del cultivo de cacao es variable ante un fungicida

Darlyn José Amaya Marques

Centro de Investigaciones Biotecnológicas del Ecuador (CIBE), Escuela Superior Politécnica del Litoral (ESPOL), Guayaquil, Ecuador

joseamaya17@hotmail.com

Cacao, o Theobroma cacao como se conoce en el ámbito científico, es un cultivo clave del Ecuador por más de un siglo. Ha permitido la creación de unas pocas grandes fortunas, y es el sustento de muchas familias. Igual de importante es la enfermedad Pudrición helada del fruto (PHF), nombre que recibió por la apariencia nevada de los frutos enfermos (ver la Fig. 1). El hongo Moniliophthora roreri, agente causal de dicha enfermedad, es endémico de Suramérica, específicamente oriunda de Colombia, aunque hasta hace apenas 10 años se creía que era Ecuador.

Figura 1. Fruto de cacao con síntomas de pudrición helada provocado por M. roreri. La parte blanca es el cuerpo de hongo. La PHF provoca pérdidas hasta un 40% de la producción, afectando a los productores y exportadores de cacao, la enfermedad representa gran problema para la agricultura nacional. Esta enfermedad ha sido estudiada por más de 60 años en el país para desarrollar variedades de cacao resistentes o tolerantes a M. roreri, así como estrategias de control de la enfermedad en campo. También se han logrado avances en el conocimiento de la biología del patógeno, con vistas a conocer por qué es tan exitoso en sus estrategias reproductivas y de diseminación. Se sabe que existen al menos tres grupos genéticos en nuestro país, según investigaciones publicadas en 2007 y 2017. La presencia de grupos genéticos podría justificar el fracaso de las medidas de control fitosanitario. El conocimiento de las características fenotípicas como la sensibilidad del hongo nos ayudaría a entender si existen grupos de aislados resistentes, tolerantes o susceptibles a fungicida. La sensibilidad a fungicidas sería un aspecto a considerar en la toma de decisiones de mejoradores genéticos en la elección de materiales adaptados según los orígenes que poseen patógenos más resistentes o susceptibles. Debido a estos antecedentes se estudió la sensibilidad del patógeno al flutolanil, fungicida que ha sido empleado con éxito en el control de la enfermedad en México y en Colombia. Estos ensayos se desarrollaron empleando una colección de hongos de la región amazónica del Ecuador y algunas muestras de la costa. El Amazonas ha estado subrepresentado en los estudios anteriores, con nuestros experimentos hemos querido subsanar esta representatividad logrando una colección ex situ para su estudio.

La metodología empleada se realizó en laboratorio fitopatología del centro de investigaciones biotecnológicas del Ecuador (CIBE) realizando el experimento a nivel in vitro. Se sembraron los aislados del hongo en medio de cultivo PDA envenenado con diferentes concentraciones del fungicida flutolanil, y el medio de cultivo sin el producto se usó como control del experimento (ver la Fig. 2). Los aislados de M. roreri se obtuvieron de distintas localidades, las muestras fueron purificadas y conservadas. Para cada aislado se midió el radio de las colonias a los seis días de crecimiento en (cm). Con estos datos, se calculó el área radial y porcentaje de inhibición de crecimiento (PIC) para finalmente realizar la estimación del IC50 de todas los aislados de estudio.

Figura 2. Placas Petri mostrando la colonia de un aislado de M. roreri creciendo en medio de cultivo envenenado (izquierda) y en medio no envenenado (derecha) con el flutolanil. Obsérvese la diferencia en el diámetro de ambas placas, indicativo que el fungicida tiene un efecto inhibitorio del crecimiento. La mayoría de los aislados mostraron una sensibilidad baja, es decir la concentración requerida para inhibir el 50% de crecimiento (IC50) fue menor, mientras que solo tres de un total de 67 mostraron una resistencia “alta”, requiriendo una mayor concentración del agente químico para inhibir el 50% de crecimiento del patógeno. El indicador IC50 es utilizado para medir la potencia que tiene un agente químico frente a alguna actividad biológica que se quiera medir, como el crecimiento. Este resultado, aunque preliminar, nos indica que en la población nacional de M. roreri existe aislados resistentes al flutolanil, una molécula que en teoría no se comercializa en Ecuador. Este resultado era de esperarse, ya que en toda población natural siempre existe suficiente variabilidad genética para adaptarse a presiones selectivas que se le imponen a los hongos fitopatógenos. Sin embargo, llama la atención que fueran dos aislados del Amazonas y uno de Guayas los más resistentes, los cuales nos permiten ver aún algún patrón de distribución aparente.

La naturaleza preliminar de este resultado, nos permite esperar que al completar los experimentos de sensibilidad al azoxystrobin, una molécula que sí es comercializada formalmente en Ecuador, y los de genotipado con marcadores genéticos de ADN (microsatélites) podamos tener mayores certezas sobre la estructura genética de la población del hongo. Este aspecto de la biología del hongo, la estructura genética que cuantifica la diversidad genética y cómo está distribuida a nivel nacional, permitirá dirigir los ensayos de resistencia genética a la PHF que llevan a cabo los Fitomejoradores del cultivo del cacao. Por otro lado, servirá de orientación a las casas comercializadoras de agroquímicos para proteger la capacidad de acción efectiva de los mencionados fungicidas en el país.




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